sábado, 9 de julio de 2011

Inocencia II

A continuación, Manuela me cuenta lo que ocurría:

Creo que maté a alguien, verás, el martes pasado me presentaron a un tipo bien parecido, muy bueno, ¡ESTABA BUENO! no se por qué usan esa expresión de "bien parecido", aunque de más está decir que soy hermosa, bien parecido... ¡BASTA! 

Se llama, o se llamaba José, ingeniero, con dinero, nunca le pregunté la edad, creo que tenía unos 40 años, canoso, barbudo, de mi estatura, lo que convertía nuestros apasionados besos en un momento específico para que me agarrara el culo, y me apretara su pecho contra mis tetas, eso es muy raro para mi, siempre me consigo puros enanos, calvos, que si acaso pueden llegar a pegar la pelusa de su pecho en mi mano, ahora que lo pienso hasta asco me da.

Pero si hay algo que me gustó de José, es que no me prometió un anillo de compromiso, no me dibujó corazones en pasteles ni me regaló rosas, tan directo como ir a un hotel, pedir una llave, y meterme su pene en mi boca para que no me doliera mucho al penetrarme por "atrás". Todo eso lo descubrí el miércoles, el morbo en carne y hueso era ese hombre. No me da pena admitirte que eso me excita, ya basta de hombres queriendo bajar la luna para mí, cuando no pueden ni comprarme un perro, ¡qué vergüenza!
Ya te vi la cara de traumado, si fueses heterosexual te estuviese frotando la erección con mi propia mano, eso es lo que me encanta de ti, jamás me vas a revolcar en una cama como yo quisiera. Yo pago esto, vámonos de aquí.

Entradas relacionadas:
Inocencia I

No hay comentarios:

Publicar un comentario