Kilómetros (Parte 3)

Con el tiempo, la amnesia "auto-provocada" de Ignacio le hizo olvidar muchos momentos de su pasado, sobretodo del 2007, en el que el ligero aire de nueva vida comenzaba.

Es increíble la cantidad de seguidores o fanáticos que podía tener una persona debido a su gran ego, aún ocurre entre los niños de 17 años, pero es algo que no he palpado en la actualidad.

Existía Greta Álvarez (a quien, admito, estoy nombrando a ver si este blog sale en Google y porque al parecer es la única persona a la que no necesito cambiarle el nombre), autoproclamada "UltraFabulosa", seguida por un puñado de chicos (y chicas) que querían ser famosos (y famosas) imitando a un personaje que les criticaba a ellos mismos, llamándolos "tercermundistas".

Por alguna razón Ignacio cae en el juego del MySpace, un espacio en el que nunca se sintió a gusto, pero conoce a algunos personajes peculiares en la vida, en esta ocasión, me refiero a un gran señor de poca masa corporal y mucha estatura. Con nombre de pintor, pero que para cambiarle el nombre, utilizaremos "Maykol".

(Maykol... nombre proporcional a lo que tiene en la cabeza este personaje)

Con pocas fotos para mostrar, Maykol se jactaba de su cuerpo sin grasa, se jactaba de sus raíces familiares, se jactaba de su color, todo lo demás era un agregado simple y (tomando como ejemplo al personaje anterior) "tercermundista".

Ignacio le agarró cariño, pero, ¿recuerdan lo que ocurre con los personajes de Maracay? Ignacio no logra una relación duradera con ninguno de estos, no suelen ser sinceros, o tienen problemas con su entorno. Maykol consiguió novio, dejando a Ignacio algo destrozado (cosas de novato, nadie debe sentirse destrozado por alguien que no ha visto en persona al menos), ese novio lo dejó poco tiempo después por alguien más, haciendo de Maykol un personaje muy cambiante.

Ignacio más adelante conoció a Maykol, para darse cuenta de lo mentirosas que pueden ser las imágenes captadas por una cámara. Maykol se alejó de Ignacio con el tiempo, no se por qué, siempre creí que era por el vocabulario de Ignacio, el cual nunca se volcó a "jalarle bolas" a su falta de humildad.

"Ignacio, ¿por qué insistías en tener una relación amorosa con alguien de otra ciudad?"