miércoles, 20 de octubre de 2010

VEINTE

Wikipedia me dice que "Las supersticiones, no fundamentadas o asentadas de manera irracional en el ser humano, pueden estar basadas en tradiciones populares, normalmente relacionadas con el pensamiento mágico. El supersticioso cree que ciertas acciones (voluntarias o no) tales como rezosensalmosconjuroshechizos,maldiciones u otros rituales, pueden influir de manera trascendental en su vida."


Aún no sé cómo describir el número 20, pero es bien cierto que no ha sido nada fácil para mi quitarme de la cabeza que es un número importante (para bien o para mal) en mi vida.


Vamos es que el 20 podría ser un número de muchos colores, para Ignacio, al principio, fue sinónimo de felicidad: "fue al reconciliarme con mi "novio" que sabría que siempre lo llevaría en mi vida, en mi corazón, sería mi vida entera", ERROR IGNACIO!!! esa verga no produjo ni un espermatozoide en tu vida, y digamos que te dejó enfermo mental, y es que tan errado estaba Ignacio, que creía que su nuevo número telefónico, al coincidir con el de su "novio" en los primeros dos dígitos, era el comienzo de una era de coincidencias insólitas, en esto acertaba.


Mi vida, en la que ya no se ve santidad ni pureza (ni mucho menos la busco ni la deseo), han pasado muchas cosas con el indeseable 20, pero hoy, a mis 20 años, debo decir que nada malo me ha ocurrido en este año... más allá de meterme en un cyber por mera emergencia y me hayan abierto para el uso la computadora número "20", no ha ocurrido más nada.


Ignacio tuvo un fin de semana de puro amor, eso creía él, conoció a un nuevo chico un día 20, se lo tiró en las escaleras de emergencia de su edificio, en un piso 20, y luego del amor pasó al odio, al Ignacio querer ahorcarlo por ser tan prostituta.


Hoy yo tengo es miedo, porque al convertir este número en una superstición, el que me vayan a dar un cheque de gerencia un día 20, no me parece buena idea, voy saliendo para el banco, hasta luego.

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