martes, 22 de febrero de 2011

Origen IV

Cambiemos el formato de conversación "cibernética" a la realidad.

Viernes de permiso para Ignacio
- Viernes dividido en dos partes:
         1. mañana de citas médicas
         2. tarde de hotel con el novio

Ya llegando al mediodía, durante una limpieza dental y con la pupila del ojo dilatada, Ignacio se preocupa por la falta de respuesta de Paúl para las actividades de la tarde. Se enjuaga la boca y decide ir a comer al McDonald's de El Rosal, al fin y al cabo, estaba cerca del hotel al que quería ir por unas horas con Paúl.

Ignacio pide una hamburguesa que no logra recordar al momento en que escribe su historia pues según me comentó: "quisiera que volviera la Big Tasty". Come lentamente, escucha "Dos días en la vida" de Jarabe De Palo en sus audífonos, cada cinco minutos llama de nuevo a Paúl sin obtener respuesta. Ha terminado de comer Ignacio, decide hacer un último llamado antes de irse a casa y es efectivo, Paul se encuentra en el Centro Comercial que queda más adelante, llamado Tolón (en memoria de aquel viejo parque de diversiones caraqueño y que puedes odiar por lo pequeño o amar por lo blanco y limpio de su diseño) con un amigo: "mi amor vente, estoy comiendo en el McDonald's de la feria" -dijo Paúl con otra voz al fondo de la llamada-. "¿Por qué estás allá? teníamos planes para hoy ¿recuerdas?" -responde Ignacio con tono molesto-. "¿qué íbamos a hacer hoy?" -responde Paúl de nuevo con una voz extraña al fondo- "¿Con quién estás?" -pregunta Ignacio ya irritado por la aparente mala memoria de su pareja y la voz extraña de fondo-. "Con un amigo". "¿Quién?". "¿Cómo te llamas tú?" -Pregunta Paúl a la voz desconocida- "Se llama Roberto Antonio" (a este personaje más adelante le llamaremos Robbie). "¿Quién rayos es ...?". "¡Mi amor vente!". "Bien, pero comeré primero" -mentía Ignacio-. "Ok".

Ignacio fue caminando irritado por la actitud de su novio y por el sol que molestaba sus ojos dilatados y mientras Paúl creía que Ignacio estaba comiendo, Ignacio estaba ya en la mesa de Paúl y Robbie: "Mucho Gusto, Ignacio" -extendía la mano con sequedad-.

La tarde pasó de forma muy rápida, Ignacio ponía de lado su amargura para conocer a Robbie, y darse cuenta que le hacía reír más de la cuenta y la confianza salió a flote, hasta para que Ignacio le dijera a Paúl: "deberíamos llevarlo al hotel", en parte para molestar a Paúl por la actitud despreocupada que había tomado, en parte porque le parecía atractivo.

Ignacio suele apartar sus miedos y molestias al conocer un posible rival, política ante todo.

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